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10 consejos para emigrar con niños y adolescentes

    Emigrar con niños o adolescente es un desafío para los padres, pues el realizar una mudanza fuera de su país de origen puede ser una experiencia muy estresante para todos.

    Los bebés se adaptan con facilidad a los cambios y en ocasiones no son notorios para sus recuerdos, sin embargo los niños en edad escolar son quienes pueden experimentar resistencias y cambios bruscos en su comportamiento.

    Con cada edad el reto es diferente y especial.

    Para enfrentar este proceso con éxito, aquí podrás leer 10 consejos para emigrar con niños y adolescentes:

    • Entender el desafío de emigrar y las emociones.
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    Todo el grupo familiar experimentará los cambios emocionales que trae consigo emigrar.

    Durante la mudanza e incluso luego de la instalación en el nuevo país, la familia puede enfrentar momentos difíciles.

    Estos arduos momentos son conocidos como el proceso de adaptación intercultural, cada persona lo asume de manera diferente.

    Existen algunas herramientas que deberán tener en conocimiento para que puedan manejar de manera exitosa los altibajos que podrán tener por el proceso migratorio.

    Cada miembro de la familia debe interpretar la emigración de forma personal y única.

    Los padres deben tener conocimiento lo que le puede resultar triste, nostálgico o amargo a los niños.
    Los jóvenes entre 12 y 17 años al cambiar de país sufren un proceso más complicado, debido a que poseen vínculos afectivos fuertes por su país de origen, familiar o de amistades.

    La mayoría de las veces los adolescentes pueden llegar a caer en la rebeldía, en este caso los padres deben ser más comprensivos.

    • Priorizar la comunicación familiar.

    La comunicación constante con los hijos es clave para superar el proceso de emigración.

    Es esencial escuchar los puntos de vistas, objeciones y temores de los niños y jóvenes.

    El apoyo entre padres e hijos será parte de la clave para afrontar el cambio cultural.

    Al manejar sus propias emociones de manera inteligente, los padres estarán brindando las mejores herramientas a los niños, quienes terminarán modelando esta conducta gracias al ejemplo.

    En las conversaciones deben destacarse diferentes aspectos positivos de la mudanza, sin intentar restar importancia a la visión de los hijos.

    Entre menores de cuatro a 10 años, la conversación es más delicada y todo dependerá de la madurez que tenga el menor.

    Si hace preguntas sobre los preparativos en la casa es mejor decirle la verdad sobre la mudanza y los cambios que se avecinan.

    • Explicar las ventajas de emigrar.
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    Una estrategia aconsejable consiste en explicar a los hijos las ventajas que la emigración traerá a sus vidas.

    Es bueno también destacar los aspectos novedosos de este cambio, como por ejemplo encontrar nuevos amigos, conocer otra cultura, aprendizaje de un idioma (si es el caso), entre otros.

    Otra buena opción es mostrarle al joven o niño, imágenes o vídeos de la nueva ciudad donde se vean las atracciones que podrán disfrutar.

    • Apoyar al momento de que posea un miedo y darle herramientas para controlarlos.

    Es recomendable escuchar las preocupaciones y miedo que puedan tener los hijos.

    En caso de que el niño sea poco expresivo, hay que reaformular las preguntas para ser más acertados.
    El niño necesita expresar sus motivos de querer o no irse y así evitar una situación estresante o tensa.

    Los padres deberán ayudar a los más jóvenes a entender sus inquietudes y emociones, esto se logra conversando.

    Explicar la situación de cambio a través de relatos, historias o cuentos, ayudará a que puedan comprender con más exactitud lo que vivirán.

     Sí el lenguaje del país a emigrar es distinto puede causar temor o angustia.

    Los padres deben incluirse en el aprendizaje del nuevo idioma para brindarle confianza y seguridad al niño.

    La idea es que los padres les transmitan seguridad y confianza antes de realizar el proceso de mudanza.

    • Los padres deben mantener una actitud entusiasta.

    Durante los preparativos de mudanza, los padres deben mantener una actitud alegre y entusiasta.
    En todo momento debe ser positivo el proceso de migración, hay que recordar que los niños son perceptivos a sentir las inquietudes de los padres.

    Es esencial explicar la decisión de emigrar como un cambio necesario para la familia, destacando que los hábitos y costumbres esenciales del grupo familiar no sufrirán grandes alteraciones.

    • Preparar la despedida.

    La despedida es una etapa crucial de la emigración, puede afectar a todos los miembros de la familia.
    Usualmente estos procesos de cambio son percibidos como una pérdida.

    Puede prepararse como un tipo de ceremonia o ritual que permita a los niños entender la pérdida y todos los sentimientos asociados a ella (tristeza, temor, nostalgia, deseos de llorar, etc.), y al mismo tiempo fortalecerse para el inicio de la aventura de emigrar.

    Al momento de empacar, hay que demostrarle a los niños que sus objetos más preciados partirán con él/ella.

    Se debe involucrar al pequeño en la toma de decisiones sobre objetos que no puedan entrar en el equipaje.

    Los pequeños deben entender que sus objetos personales que se queden no afectarán su historia personal.

    Para los niños más sensibles, un bonito recuerdo de su país de origen puede ser por ejemplo: confeccionar con sus padres un álbum de fotografías, dibujos y objetos valiosos, como una hoja de un parque, palabras afectivas escritas por miembros de la familia, los amigos y los maestros, recortes de trabajos de la escuela, fotografías y otros objetivos de valor afectivo.

    • Reiniciar rutinas.

    Estando en el nuevo país, es importante que el niño retorne a sus hábitos y rutinas, ya sea en horario de dormir, tipos de comida, actividades, entre otras (esto debe iniciar lo más pronto posible).

    Si la llegada coincide con las vacaciones escolares, será pertinente que el chiquillo asista a un campamento vacacional. Puede ser una oportunidad muy valiosa de conocer nuevos niños y de comenzar a practicar el idioma del país de acogida.

    • Hacer admisible la instalación en el nuevo país.
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    Es importante involucrar a los niños en actividades decisivas con la familia.

    Por ejemplo, la elección de muebles nuevos para la casa, color de las paredes, entre otros.
    La familia debe realizar actividades recreativas como excursiones en la nueva ciudad.

    También se debe tomar en cuenta las actividades que despiertan el mayor interés del pequeño.

    • Enseñarle a socializar al menor.

    Los padres deben ayudar a sus hijos a hacer nuevos amigos, en especial a aquellos niños que son tímidos.

    Una conversación con los vecinos puede ayudar a los pequeños tímidos.

    Sería conveniente inscribir al niño en actividades deportivas o culturales que le permitan conocer a niños de su edad.

    • Mantener la comunicación con quienes se quedaron en el país de origen.

    Es común sentir nostalgia y deseos de contactar frecuentemente a los familiares y amigos.

    Las nuevas tecnologías permiten acortar las distancias y mantener comunicación con los seres amados para que los niños hablen y se sientan cerca de aquellos que dejaron atrás.

    Es importante que los padres desarrollen un ambiente optimista durante estas conversaciones.
    Ejemplo describiendo la nueva escuela, los nuevos amigos, los parques y rutinas a las cuales se ha adaptado.

    Los niños más pequeños normalmente se adaptan fácilmente a las nueva situaciones.

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